He repetido este mantra una infinidad de veces: "Cada problema tiene su solución". "Cada problema tiene su solución". "Cada problema tiene su solución".
Muchas, probablemente, para autoconvencerme de que realmente había una solución, aunque siendo sincero, no tenía ni idea de cual era (en ese momento).
Bien porque el problema era muy complejo, bien porque el reto era de proporciones descomunales (en ese momento), el divide y vencerás siempre fue el principio de la solución: divide el problema en otros más sencillos, más manejables, más accesibles, .... y comenzarás a estar más cerca de la solución.
El iniciar el movimiento tiene su recompensa: el análisis es necesario, pero en un punto determinado, hay que hacer que pase algo. Que algo comience a moverse.
Los planes se han de escribir en arena, no en piedra. La adaptación es lo que hace sobrevivir a las especies.
Y al final, efectivamente, cada problema tiene su solución. Es "sólo" cuestión de encontrarla.
Cuando la solución llega, y funciona, siempre me queda la misma sensación: el reto no era ni tan descomunal, ni el problema tan complejo. Sólo fue la manera inicial de verlo.
En siete claves:
1.- Ten muy claro el porqué tienes que hacer algo con ese problema, o apuntar a conseguir ese reto.
2.- Dividelo reto en pequeños "trayectos" (otros dirían proyectos ....).
3.- Fija objetivos claros en cada uno de ellos.
4.- Mide el progreso.
5.- Comunica, comunica, comunica. Cuanto más, mejor.
6.- Persevera. Es el camino seguro al éxito.
7.- .. y cuando lo consigas, no te olvides de celebrarlo.
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