domingo, 16 de noviembre de 2014

El trabajo duro ya no es lo que era: ahora es diferente.



Coincido con Seth (Godin): según Seth, el trabajo duro ya no es lo que era.

Antes, el trabajo duro era trabajar mucho: muchas horas, con mucho ahínco; normalmente, un trabajo muy físico o, dentro del intelectual, de mucha perseverancia, rutinario, ....

Siguiendo con la "provocación" de Seth, el trabajo duro, hoy en día, es hacer lo que nadie quiere hacer, y que resulta emocionalmente, complicado.

Desde esa óptica, me vienen a la cabeza una serie de trabajos duros como:

  • Decir la verdad (al menos la tuya), siempre, y en cualquier circunstancia. Prefiero la verdad desnuda, a la mejor vestida de las mentiras.
  • Tener el valor para decir lo que hay que decir, en lugar de callarse y dejar que otros carguen con la responsabilidad, o simplemente, que todo siga igual, aún cuando sabes que la situación no es buena, a largo plazo, para nadie.
  • Decidir qué es lo que queremos ser, actuar en consecuencia y en ese momento, aceptar lo bueno, y lo malo que toda elección tiene. Como decía un antiguo profesor (y creo que esto es lo único valioso que aprendí con él en dos años de estudio): "todo en la vida tiene alguna ventaja y muchos inconvenientes".
  • Pedir perdón. Eso duele mucho, pero más duele ver la mezquindad de los que con tal de no disculparse jamás por sus errores, son capaces de "defender", con cualquier tipo de malas artes, la inmadurez de su personalidad.
  • Dejar sin escribir ese e-mail y discutir ese tema que tanto te molesta cara a cara. Lo fácil es escudarse en "yo ya escribí un mail", en lugar de intentar resolver, frente a frente, el problema.
  • Hacer esa "llamada de los tres minutos", que hace que se rompa una dinámica negativa, pero que implica que tú das el primer paso, cuando probablemente, no te has buscado el problema, y donde quizá, tengas que "contar hasta cien", para no reaccionar ante alguna que otra acusación.
  • Hacer algo: siempre es más fácil "que lo haga otro, porque ese no es mi trabajo", "preocuparse, en lugar de ocuparse", o "para lo que me pagan, bastante hago", o el más que socorrido "que lo haga el jefe, que por el pastón que le pagarán ...".
  • No conformarse. Aspirar siempre, a ser la mejor versión de uno mismo.
  • No prometer lo que no tienes la total seguridad que puedes cumplir. La desilusión que generas, cuando no cumples, tiene un coste brutal en tu marca personal. 
  • Decir NO.
El nuevo escenario de los que toman el control, y por tanto, la responsabilidad de lo que les ocurre, exige de la capacidad de gestionar esos momentos emocionalmente difíciles. 

Nada que merezca la pena es gratis, y el trabajo duro siempre tiene su recompensa. 

Hoy en día, el "emocionalmente" duro es el que realmente marca la diferencia.

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Sé que casi nunca damos feedback de los post que leemos. Esta vez espero ser el afortunado de la "excepción que confirma la regla", y me hagas llegar tus comentarios.

Un millón de gracias por adelantado.

1 comentario:

  1. Ahora entiendo por qué el lunes me preguntabas sí había leído tu último post...¡me ha encantado!

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