Hace unos años, Aquarius sorprendió con una campaña basada en el esfuerzo de un hombre con una visión. 45 segundos:
Impresiona verlo e imaginar las jornadas infatigables de trabajo que han llevado a levantar cada uno de los ladrillos que componen la Catedral. Mi sincera admiración por don Justo.
La reflexión es inevitable: ¿cómo es posible que un solo hombre haya levantado esa edificación? La idea, por si sola, es tan impensable .... como realizable.
Piensa en grande y, aunque no llegues al objetivo, conseguirás algo importante. Haz pequeños tus pensamientos, y como mucho, conseguirás realizaros.
La otra cara de la moneda nos habla del esfuerzo: ¿hasta cuánto estamos dispuestos a esforzarnos, para obtener lo que queremos? Es muy fácil poner excusas a nuestros fracasos, aunque todos sabemos que el fracaso, en muchas ocasiones, es la falta de nuestro compromiso real con nuestros sueños.
En el mundo de la gestión de la calidad muchas veces hablamos de falta de compromiso de la dirección, o de falta de recursos, o de ser los "patitos feos" de la Empresa ... aunque francamente, después de ver vídeos como este, lo primero que debemos de cuestionarnos es si nuestra visión de lo que queremos obtener y el esfuerzo que vamos a poner en juego para conseguirlo, es acorde con el esfuerzo que pediremos a los demás.
A Justo Gallego no le detuvo ni la falta de medios, ni de conocimientos, ni de apoyos. Hizo lo que tenía que hacer para avanzar hacia su visión.
Al final ...
Un líder no es más que alguien que sabe a dónde quiere ir, y entonces, se pone en pie y avanza hacia allí.
Gracias por el "chute" de energía. ERES MU' GRANDE!!!!
ResponderEliminarT&A
No sé si el video está en formato flash, repudiado por Apple, el caso es que no lo puedo ver...Quizás sea eso lo que me lleve a discrepar: pienso en grande, pero con los pies en la tierra. Desde luego creo que soy aventurera pues sin retos y ambiciones la vida carece de sentido. Eso si...alguien me enseñó la historia de Ícaro, no sé reproducir las palabras exactas pero venía a decir que no hay que volar alto porque el sol derretirá nuestras alas, ni bajo, porque el mar las mojará. Para mi la moraleja es: no seas demasiado ambicioso, pero tampoco seas conformista...Por ello no creo que haga pequeños mis pensamientos, tengo claro que no quiero mojar mis alas. Pero tampoco los hago extremadamente ambiciosos....no quiero que mis alas se derritan...
ResponderEliminarMe suena lo de Ícaro ... Afortunadamente, la tecnología aeroespacial ha progresado mucho y ahora, ya no se necesitan cera y plumas, sino fibra de carbono que hace que sol no derrita las alas.
ResponderEliminarLa partida ha cambiado. Prueba de ello es que podemos escribir lo que pensamos, o intercambiar ideas de una manera que hace 10 años era impensable ...
Yo sigo apostando por tener ambición de ser la mejor versión posible de nosotros mismos ...
Un abrazo y gracias por tu comentario.