Cada decisión que tomamos tiene una consecuencia. Nuestra vida es, al final, la suma de las consecuencias de las decisiones que hemos tomado. La esencia de la filosofía budista.
En el emotivo discurso que pronunció en Stanford, Steve Jobs contó que cuando miraba hacia atrás en su vida, los puntos se conectaban y lo hecho en el pasado, explicaba el porqué del presente.
Cada decisión tiene una consecuencia.
Por suerte o por desgracia, no existen las acciones neutras: esas que, en en teoría, no generarían ninguna acción, que harían que nada pasase. En el fondo, que no tendrían consecuencia alguna.
Una decisión es siempre personal. La actitud sobre el enfoque de un tema, marca nuestras decisiones, acciones y consecuencias.
Paradójicamente, el no hacer nada es una decisión, y una acción en sí misma. A cada instante tomamos decisiones, y por lo tanto, realizamos acciones que llevan a una consecuencia.
1.- Toda acción tiene una consecuencia.
2.- No hacer nada (inacción) tiene también sus consecuencias.
3.- Las consecuencias de las consecuencias, tienen su origen en las acciones que decidimos, las hayamos tenido en cuenta, o no.
4.- Siempre hay otra alternativa, otra elección. Por ello, siempre hay otras posibles consecuencias.
I believe simple ideas can inspire great changes. A meeting point for people who love leadership, management and quality topics. Creo que las ideas simples pueden inspirar grandes cambios. Un punto de encuentro para los amantes de los temas de liderazgo, gestión y calidad.
jueves, 31 de julio de 2014
martes, 29 de julio de 2014
Cada problema tiene su solución.
He repetido este mantra una infinidad de veces: "Cada problema tiene su solución". "Cada problema tiene su solución". "Cada problema tiene su solución".
Muchas, probablemente, para autoconvencerme de que realmente había una solución, aunque siendo sincero, no tenía ni idea de cual era (en ese momento).
Bien porque el problema era muy complejo, bien porque el reto era de proporciones descomunales (en ese momento), el divide y vencerás siempre fue el principio de la solución: divide el problema en otros más sencillos, más manejables, más accesibles, .... y comenzarás a estar más cerca de la solución.
El iniciar el movimiento tiene su recompensa: el análisis es necesario, pero en un punto determinado, hay que hacer que pase algo. Que algo comience a moverse.
Los planes se han de escribir en arena, no en piedra. La adaptación es lo que hace sobrevivir a las especies.
Y al final, efectivamente, cada problema tiene su solución. Es "sólo" cuestión de encontrarla.
Cuando la solución llega, y funciona, siempre me queda la misma sensación: el reto no era ni tan descomunal, ni el problema tan complejo. Sólo fue la manera inicial de verlo.
En siete claves:
1.- Ten muy claro el porqué tienes que hacer algo con ese problema, o apuntar a conseguir ese reto.
2.- Dividelo reto en pequeños "trayectos" (otros dirían proyectos ....).
3.- Fija objetivos claros en cada uno de ellos.
4.- Mide el progreso.
5.- Comunica, comunica, comunica. Cuanto más, mejor.
6.- Persevera. Es el camino seguro al éxito.
7.- .. y cuando lo consigas, no te olvides de celebrarlo.
Muchas, probablemente, para autoconvencerme de que realmente había una solución, aunque siendo sincero, no tenía ni idea de cual era (en ese momento).
Bien porque el problema era muy complejo, bien porque el reto era de proporciones descomunales (en ese momento), el divide y vencerás siempre fue el principio de la solución: divide el problema en otros más sencillos, más manejables, más accesibles, .... y comenzarás a estar más cerca de la solución.
El iniciar el movimiento tiene su recompensa: el análisis es necesario, pero en un punto determinado, hay que hacer que pase algo. Que algo comience a moverse.
Los planes se han de escribir en arena, no en piedra. La adaptación es lo que hace sobrevivir a las especies.
Y al final, efectivamente, cada problema tiene su solución. Es "sólo" cuestión de encontrarla.
Cuando la solución llega, y funciona, siempre me queda la misma sensación: el reto no era ni tan descomunal, ni el problema tan complejo. Sólo fue la manera inicial de verlo.
En siete claves:
1.- Ten muy claro el porqué tienes que hacer algo con ese problema, o apuntar a conseguir ese reto.
2.- Dividelo reto en pequeños "trayectos" (otros dirían proyectos ....).
3.- Fija objetivos claros en cada uno de ellos.
4.- Mide el progreso.
5.- Comunica, comunica, comunica. Cuanto más, mejor.
6.- Persevera. Es el camino seguro al éxito.
7.- .. y cuando lo consigas, no te olvides de celebrarlo.
lunes, 28 de julio de 2014
La calidad está superada .... ¿o no?
Hace poco leí un artículo de un gurú de la gestión, en que se afirmaba que la innovación es la única manera sostenible de crear valor (y por tanto, futuro) para las Empresas. Su argumento era que en un entorno donde el cliente puede escoger entre productos de alta calidad, la innovación es el único camino hacia el éxito sostenible.
Lo siento. No estamos rodeados de productos de alta calidad.
Baste como ejemplo el último informe de la Unión Europea, en que se detalla que en 2013 se produjeron 2364 alertas de productos inseguros, de los que un 25% son juguetes, y otro 25% productos textiles (vestidos, ropa de cama, ...). El país con más notificaciones: España.
Viendo la serie histórica, lejos de disminuir, la cantidad de productos notificados aumenta cada año.
No parece que el listón de la calidad se haya superado con tanta holgura ....
La casa, como siempre, se ha de construir desde los cimientos. Antes de innovar, se necesita tener productos (y servicios) de calidad. Antes de tener calidad, se han de cumplir con mínimos de seguridad y legalidad.
viernes, 25 de julio de 2014
La pregunta clave: ¿por qué?
Asistes a reuniones. Completas tareas. Contestas e-mails.
Haces llamadas. Generas e-mails.
Preparas informes. Haces planes.
Lees informes.Tienes proyectos.
Devuelves llamadas.
Tienes objetivos. Muchos
Pero, ¿por qué haces lo que haces?
¿Qué te inspira?¿Qué te motiva?
Hagas lo que hagas, ten tus por qués. Los tuyos, y no lo de otros. Es tu vida, y no la de otros.
Elige tus por qués, y elegirás tu la vida que realmente deseas. Tú (y sólo tu) decides. Ahora más que nunca.
jueves, 24 de julio de 2014
"Quien se excusa por sus fracasos, debería de excusarse por sus éxitos"
Según el diccionario de la Real Academia Española se define:
Excusa: Motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión.
Explicación: Manifestación o revelación de la causa o motivo de algo.
Las excusas me irritan. Mucho.
Ante un error, un retraso en un proyecto, un problema que surge como "daño colateral" de una acción, un despiste, ... se pueden (y deben) dar explicaciones.
Has hecho algo, y eso te sitúa en un plano muy superior a los que no hacen nada.
La cosa no ha salido como esperabas. La vida es así: no se puede acertar siempre.
Explicas el porqué (lo que indica que estás implicado y has reflexionado sobre las causas), propones tus soluciones y te llevas la lección aprendida (con o sin reprimenda).
Has crecido y avanzado. La próxima seguro que lo haces mejor.
Ahora bien, siempre puedes tomar otro camino: el de las típicas (y tópicas) excusas. ¿Te suenan algunas de las más comunes?
"No tuve tiempo"
¿y porqué no avisaste para intentar solucionarlo, poniendo más recursos?¿o quieres simplemente decir que fue una dejación de tus funciones?
"Se me olvidó"
¿Bromeas?¿Con todos los cacharros que llevas encima que te avisan de todo lo pasa en el mundo en cada instante?
"Los otros no me dieron la información que necesitaba"
¿Insististe?¿cara a cara, o mandando un mail desganado?¿Levantaste, tan siquiera, el teléfono?¿fuiste un auténtico pitbull en busca de la información?
"Es que es muy complicado"
¿Seguro?¿Cuantos intentos has hecho por resolverlo?¿has pedido ayuda a otros?
Y la peor de todas:
"Los otros también lo hacen y no pasa nada"
De momento ...
Jamás he escuchado que alguien se excusase ante sus logros: "Salió bien por puro azar", "Me lo han hecho los compañeros. Yo, ni idea", "Y mira que siempre dije que este proyecto fracasaría ...!!! Un milagro !!!".
¿Y tu?¿Has escuchado algo similar?
La excusa deja muy mal parada a la persona que la utiliza, dado que muestra su:
- falta de coraje, para afrontar la realidad.
- inmadurez, para analizar lo que ha ocurrido de manera profesional y sobre todo,
- falta de respeto, ante quien tiene que escuchar la excusa de turno, perdiendo su tiempo.
Mi sugerencia ante algo que ha salido mal, o simplemente, no como esperabas, es sencilla:
- Antes de nada, analizalo. A fondo. Con datos y hechos. Sin prejuicios.
- Da explicaciones sinceras. Con total transparencia. Te puedes equivocar, pero nadie dudará de tu profesionalidad y buena intención.
- Pide disculpas, si lo crees oportuno, por la parte que te toca.
- Propón tu solución al problema. Siempre hay alguna.
- Aprende del error. No te flageles. Lo interesante es la lección aprendida, no el error en si.
(Y el giro inesperado): Y si no te convence lo anterior ..., al menos ten imaginación suficiente para inventarte una buena excusa. La innovación siempre es de agradecer ... y mejor si logra arrancar una (son)risa.
martes, 22 de julio de 2014
"La amabilidad es como el aire de los neumáticos: no cuesta nada y hace más confortable el viaje"
En mi último viaje, tuve la ocasión de coincidir en el hotel con una camarera, francamente amable. En concreto, me explicó cómo llegar al centro de Amsterdam desde el hotel usando la red de tranvías de la ciudad, mientras me preparaba un buen caffe latte para comenzar la jornada. No era su obligación, ni iba a recibir ni un céntimo más de euro por esta pequeña explicación, que a mi me evitó algún que otro minuto en la cola de la (abarrotada) recepción.
Siempre es un placer toparse con ese profesional que, más allá de si está (o no) en la descripción de su puesto de trabajo, o de si su inmediato superior jerárquico la está (o no) observando, hace un poco más de por lo que estrictamente se le paga y además, con buenas maneras.
En contraposición, en otras muchas ocasiones (más de las que me apetece recordar), me he cruzado con gente que ni tan siquiera te devuelve un buenos días, o un formal gracias.
Ser amable siempre depende de ti. Es una opción personal. Si eres, o no, correspondido, es irrelevante.
1.- Por tu marca personal. Hoy, más que nunca, la relevancia es clave. Tu marca personal es tu activo más valioso. Puedes decidir si quieres que a tu nombre, le asocien con este atributo (o el contrario).
Tú decides. Siempre.
2.- No cuesta nada. (Perdona que insista, pero es verdad. Es gratis).
3.- Te resulta agradable la gente sinceramente amable y te gusta impactar de la misma manera en quien se cruza contigo. (Nota: si no es así, no es necesario que sigas leyendo ....)
4.- Y por último, más moscas atrae una gota de miel que un tonel de vinagre. Más temprano que tarde vas a necesitar algo de alguien. En esos momentos la otra persona recordará si eres de los que no responde ni a los buenos días ... o de los que siempre tiene un gesto agradable.
2.- Envía todos los días tres notas de agradecimiento, escritas a mano por algo que sinceramente te agradó el día anterior. Hazlo todas las mañanas. Nada más llegar a tu oficina.Te garantizo que en un mes habrás impactado muy positivamente en más gente de la que piensas. ¿Cuántas notas así has recibido en el último mes? Ves como lo anterior no es muy frecuente ...
3.- Si te equivocas, pide sinceramente perdón. (¿Acaso crees que nunca te equivocas? Créeme: todos lo hacemos). El efecto va a ser positivo y demuestra tu madurez. Es duro, sí, pero la próxima vez tendrás la lección aprendida.
4.- Si no te corresponden, no te preocupes: recuerda que es tu marca personal lo que te importa, no la de otr@s.
5.- La práctica hace al maestro: practica, practica, practica. Siempre. En todo momento. Recuerda que se tarda toda una vida en ganar fama, y se puede perder en un instante.
6.- Muestra interés sincero por la opinión de los demás. No implica que vayas a cambiar la tuya, y además, demostrarás inteligencia.
7.- Se puede ser amable en conversaciones difíciles. De hecho, se debe. Lo cortés no quita lo valiente.
***************************
Tu feedback me importa (y mucho). Me lo hagas llegar (o no), muchas gracias por tu tiempo.
Siempre es un placer toparse con ese profesional que, más allá de si está (o no) en la descripción de su puesto de trabajo, o de si su inmediato superior jerárquico la está (o no) observando, hace un poco más de por lo que estrictamente se le paga y además, con buenas maneras.
En contraposición, en otras muchas ocasiones (más de las que me apetece recordar), me he cruzado con gente que ni tan siquiera te devuelve un buenos días, o un formal gracias.
Parafraseando a Cruzalta, "la amabilidad es como el aire de los neumáticos: no cuesta nada y hace más confortable el viaje".
Ser amable siempre depende de ti. Es una opción personal. Si eres, o no, correspondido, es irrelevante.
¿Mis razones por las que ser amable?
1.- Por tu marca personal. Hoy, más que nunca, la relevancia es clave. Tu marca personal es tu activo más valioso. Puedes decidir si quieres que a tu nombre, le asocien con este atributo (o el contrario).
(Nota: Antónimos de "amable": "grosero", "antipático", "desagradable").
Tú decides. Siempre.
2.- No cuesta nada. (Perdona que insista, pero es verdad. Es gratis).
3.- Te resulta agradable la gente sinceramente amable y te gusta impactar de la misma manera en quien se cruza contigo. (Nota: si no es así, no es necesario que sigas leyendo ....)
4.- Y por último, más moscas atrae una gota de miel que un tonel de vinagre. Más temprano que tarde vas a necesitar algo de alguien. En esos momentos la otra persona recordará si eres de los que no responde ni a los buenos días ... o de los que siempre tiene un gesto agradable.
¿Y ahora qué? Unas ideas para pasar a la acción:
1.- Responde siempre. A tus correos electrónicos, a tus colegas, a tu familia, ... "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio", dice el refrán.2.- Envía todos los días tres notas de agradecimiento, escritas a mano por algo que sinceramente te agradó el día anterior. Hazlo todas las mañanas. Nada más llegar a tu oficina.Te garantizo que en un mes habrás impactado muy positivamente en más gente de la que piensas. ¿Cuántas notas así has recibido en el último mes? Ves como lo anterior no es muy frecuente ...
3.- Si te equivocas, pide sinceramente perdón. (¿Acaso crees que nunca te equivocas? Créeme: todos lo hacemos). El efecto va a ser positivo y demuestra tu madurez. Es duro, sí, pero la próxima vez tendrás la lección aprendida.
4.- Si no te corresponden, no te preocupes: recuerda que es tu marca personal lo que te importa, no la de otr@s.
5.- La práctica hace al maestro: practica, practica, practica. Siempre. En todo momento. Recuerda que se tarda toda una vida en ganar fama, y se puede perder en un instante.
6.- Muestra interés sincero por la opinión de los demás. No implica que vayas a cambiar la tuya, y además, demostrarás inteligencia.
7.- Se puede ser amable en conversaciones difíciles. De hecho, se debe. Lo cortés no quita lo valiente.
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Tu feedback me importa (y mucho). Me lo hagas llegar (o no), muchas gracias por tu tiempo.
Ubicación:
Valdemoro, Madrid, España
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