Allí estábamos: el Comité de Dirección de la compañía, a punto de ver la presentación que resumía el trabajo llevado a cabo en la primera fase del proyecto, el cual, nos debía de abrir las puertas de par en par al lanzamiento de la segunda fase del mismo. Pronto comprobaríamos que ese no iba a ser el caso.
El proyecto era bueno. De hecho, habíamos logrado el apoyo de la dirección de la manera más tangible que existe: aprobando el presupuesto para esa primera fase.
Todo había ido rodado: se cumplió la planificación, los resultados eran muy interesantes, los costes estaban absolutamente ajustados a lo presupuestado. Visto así, un auténtico "winner".
El responsable de la presentación estaba allí, delante del Comité de Dirección. Ese era el momento de la verdad.
Yo siempre pienso que el ponente, presentador, ... es como el piloto de Fórmula 1 a punto de salir de boxes: todo el trabajo de un equipo está en sus manos. La responsabilidad es suya. El riesgo (y la recompensa) es máximo.
Y entonces sucedió la tragedia: nuestro "piloto", un muy buen gestor, resultó ser un pésimo presentador. No comunicaba; leía las transparencias. No miraba a su público; sólo a la pantalla. No aportaba seguridad; sólo transmitía tensión. No empatizaba; generaba rechazo.
Lo mejor de la presentación fue que se acabara.
El proyecto estaba totalmente condenado. Intentar insuflarle un último hálito de vida tenía el mismo efecto que empujar un caballo muerto: un esfuerzo tan loable como inútil.
En ese preciso instante comprendí que "el arte de presentar" era una de las habilidades clave que debía dominar y, a día de hoy, lo sigo pensando.
¿Cómo hacerlo?
Mucho más sencillo de lo que parece.
- Lo primero, como casi todo en esta vida, es que "a presentar se aprende haciendo presentaciones". Perder el miedo y salir de la zona de confort es lo que te hará dar un salto enorme hacia adelante.
- Lee libros sobre el tema. Te recomiendo dos que, para mi, han sido definitivos. "El arte de presentar", de Gonzalo Álvarez Marañon y "Resonance", de Nancy Duarte.
- Observa a los mejores. Para ello, te sugiero que entres en las página de los eventos TED (Tecnología, Entretenimiento y Desarrollo) (www.ted.com) donde se pueden ver excelentes presentaciones. No necesitas superarles (o al menos, no al principio). Con ser tan bueno como ellos, te situará a enorme distancia por encima de la mayoría.
- Practica, practica, practica. Y cuando te hartes, sigue practicando. Los más famosos conferenciantes llegan a repetir sus grandes presentaciones más de mil veces. Este es el caso de Al Gore, con su famosa presentación sobre el calentamiento global, plasmada en "Una Verdad Incómoda". Un básico que no deberías perderte .....
- Pide feedback a un público amigo ... pero crítico. Nada que merezca la pena es gratis ...
- Y sobre todo ....DISFRUTA.